En las derivas que una persona puede realizar por los márgenes y las periferias de una ciudad puede encontrar espacios no edificados, de transición entre la civilización y el espacio natural, espacios abandonados, medio derruidos o en vías de construcción, inacabados. El paso del tiempo ha hecho que la naturaleza en estas retome su lugar lentamente. Estos espacios híbridos, donde una batalla por la supervivencia es llevada a cabo de un modo silencioso, se alcanza a ver una paz, una sincronización del espacio natural y la civilización ausente. Esta escena invita a explorar la estructura interna del campo y el proceso que conduce a la formación de estos espacios. Durante un corto periodo se puede ver como dentro de estos espacios o en sus periferias se percibe el paso de las estaciones, del tiempo y como la vida nace y renace de sus propias cenizas. Trasladar esta visión del espacio natural, que busca ir más allá de como comprende actualmente el ser humano el terreno natural, percibido como un espacio que colonizar, edificar, ocupar y explotar, es una de las percepciones que busca transmitir esta obra.
Este enfrentamiento, esta extensión del ser humano hacia lo natural, produce un choque entre el avance de la civilización frente a lo verdaderamente local que ha sido siempre la naturaleza. Durante este enfrentamiento silencioso y estas batallas invisibles a ojos del mundo, se constituye un tercer espacio, liminal donde se puede operar con libertad, alejado de las normatividades humanas. Fragmentos es una instalación escultórica que transforma la tierra intervenida de estos espacios liminales en barro seco, con la intención poética de explorar el desarraigo de la tierra de origen y la percepción desplazada y segmentada que surge en medio del tránsito.
A través de esta obra, se pretende reflejar las formas de habitar la no pertenencia, lejos de un territorio delimitado. La instalación representa cuerpos fragmentados, segmentados, atravesados por vías, caminos, ríos y mares. Cuerpos fronterizos que son el resultado de siglos de violencias. Las lógicas extractivistas los desplazan, los dividen, los descomponen, los recomponen y los ensamblan según las exigencias y los delirios de un mercado. Fragmentos consigue comunicar las violencias estructurales que afectan a los cuerpos racializados, evocando la poesía de la pérdida de los cuerpos fragmentados arrojados en carreteras, ciudades, desiertos, mares y montañas. A través de la conexión con la tierra, con el lugar de origen, busca reconectar con el entorno natural no como objeto de dominación, sino como espacio de convivencia. La obra transforma el desarraigo en una percepción externa de lo que somos y del espacio que ocupamos.
Fragmentos, 2024
Instalación con barro y tierra.
Esta obra ha sido expuesta en la 15ª edición de la Bienal de Arte Contemporáneo de Dakar, en el Antiguo Palacio de Justicia de Dakar comisariada por Salimata Diop. En la exposción colectiva Intersticios, en la galería Nadie, Nunca, Nada, No, comisariada por Silvia Ramírez Monroy.
Vista de exposición: "The Wake, Awakening, Xàll wi" Curada por Salimata Diop, dentro de la selección oficial de artistas para la Bienal de Dakar en Senegal.